Me dijo: “todo intento de cambio es un acto solapado de violencia”. Y yo no lo entendí.
Eso fue hace ya muchos años, de parte de uno de mis mentores. La idea era atractiva, pero yo no la entendía realmente. Después de todo, yo dedicaba muchos esfuerzos a cambiar, quería ser mejor, quería “superarme”.
Se me olvidó por un tiempo esa idea, pero me quedó ahí, en el fondo de mi mente. Mientras más de adentraba en mi proceso de autoconciencia a través del movimiento inteligente, más me empecé a dar cuenta de mis motivaciones, de por qué hacía las cosas. Y fue entonces cuando entendí aquella frase:
“Todo intento de cambio es un acto solapado de violencia”.
Porque finalmente, cuando nos queremos “cambiar” estamos implicando que estamos “mal”. Que somos “inadecuados”, “malos” o que estamos “fallados”. Y al actuar por ese cambio, de forma poco estratégica, nos agredimos.
Tal vez has tenido esta sensación. Haces algo que no te gusta. O tienes un dolor o una molestia, que obviamente no te gusta. Y quieres cambiarlo. Entonces, qué haces? Buscas una receta. Algo que le funcionó a alguien. Y lo imitas. Porque en el fondo crees que tú no eres “suficiente”. Esta receta puede ser una pastilla, una actitud, o cualquier cosa que alguien más hizo. Lo pruebas, y puede ser que funcione, o puede ser que no. En cualquier caso, tomas una idea del exterior y la quieres imponer en tu cuerpo o en tu vida.
De este modo puedes crear un cambio, pero es forzado, y sin responder a tus recursos internos. Miras afuera y copias, modelas, sigues, porque tú no eres “suficiente”. Y allí es donde yace ese acto de violencia.
Pero claro que tú quieres mejorar. Y eso es inherente al ser humano. Entonces cómo hacemos?
Piensa ahora, ¿qué es lo que quieres mejorar? Puede ser la postura, una habilidad, la facilidad con que haces algo, o un comportamiento. Para llegar a esa mejoría, algo seguramente debes cambiar. Sabes que no puedes seguir haciendo lo mismo, pero entonces tenemos que saber qué cambiar y, lo más importante, cómo hacerlo.
Pero cambiar, muchas veces, no es tan fácil. Para ello primero tenemos que entender profundamente qué queremos cambiar. Y luego cómo cambiarlo de forma amorosa y espontánea.
Cuando buscamos un cambio, generalmente solo miramos el resultado. Por ejemplo, quiero que me deje de doler la espalda. Y puedo buscar soluciones que me den un cambio para el dolor. Pero si no soy consciente de cómo creo para mí ese dolor de espalda, ese cambio no va a ser permanente. Así que en lugar de apresuradamente tratar de implementar una receta, simplemente te observas. Tomas el tiempo para conocerte profundamente en tu patrón de movimiento. Y lo haces con amor y respeto.
De esta manera, conviertes la intención violenta de cambio en un acto amoroso de autoconocimiento. Y una vez que estás allí, puedes empezar a acceder a tus recursos únicos que te permiten, más que “arreglar” algo en ti, eliminar los patrones que te crean malestar y permitir así que emerja el bienestar que ya vive en ti.
De todo esto y mucho más vamos a estar hablando mañana en el seminario online gratuito LOS 5 PASOS HACIA LA TRANSFORMACIÓN DEFINITIVA, en donde vamos a contarte cómo conseguir los resultados que buscas de manera amorosa.
El cambio real y definitivo, que te empodera y no te disminuye, es posible, mañana te contamos cómo. Regístrate aquí.
Mientras tanto, puedes vivir ya mismo una experiencia de cambio inteligente con este video sobre cómo pararte sin sacar la panza, un cambio que muchos quieren hacer!
Ahora cuéntame en los comentarios una experiencia en donde quisiste cambiar y no te funcionó, y una en la que sí. Qué hiciste diferente en una y otra? Te leo!
Usa este link y envíale este video a un amigo, ¡te lo va a agradecer!.
Hola Lea: te cuento que hice el ejercicio de las caderas contigo, y me desapareció un dolor que tenía en el sacro por esfuerzos que había realizado hoy.
Te felicito por tus clases, todas estupendas y te agradezco esta comunicación
Alicia
Me alegra Alicia!
Magnifica clase!!! Senti mayor ligereza..continuo la practica y vere los cambio, gracias…
Si Chela, a practicar!